miomectomía

La miomectomía paso a paso: en qué consiste y cómo se lleva a cabo

Miomectomía es el nombre de la operación de miomas uterinos, una clase de tumores benignos que se forman a partir de las células del músculo liso del útero. Los miomas son bastante comunes en mujeres en edad fértil, con una incidencia que aumenta hasta la llegada de la menopausia. Su aparición está relacionada con varios factores, sobre todo  hormonales y genéticos.

Si no se sigue un tratamiento adecuado, las pacientes con miomas se exponen a posibles complicaciones. Por ello, es importante seguir siempre los consejos de un experto y, en el caso que sea necesario, someterse a una operación para poderlos extirpar.

Normalmente la miomectomía es la solución más aconsejada por los ginecólogos, especialmente si se diagnostican miomas de tamaño considerable. En el caso que el médico y la paciente estén de acuerdo en realizar esta intervención, se inicia el proceso para el preoperatorio y la cirugía.

¿Cómo es el preoperatorio para una miomectomía?

Para realizar el preoperatorio de una miomectomía, la paciente deberá acudir al centro médico especializado o al hospital el día indicado para entregar los resultados de las pruebas que permitirán determinar si la paciente es apta o no para la anestesia.

Normalmente las pruebas que se solicitan para ello son: un análisis completo de sangre, un electrocardiograma para conocer el estado del corazón y una radiografía de tórax o pecho. Tras las pruebas, la paciente deberá pasar una entrevista médica con el anestesista. Con esta información el médico podrá preparar los fármacos adecuados y dará las instrucciones para el día de la operación.

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El momento de la operación

Tras entregar todas las autorizaciones y papeles necesarios, el día de la miomectomía la paciente será llevada a quirófano y se le colocará la vía para la anestesia. Para ello deberá estar en la camilla quirúrgica, en la posición adecuada para llevar a cabo esta operación.

Cuando la anestesia hace efecto se pasa a desinfectar la zona abdominal y se prepara para evitar infecciones. Posteriormente comienza la operación, que puede realizarse de varias formas: mediante cirugía laparoscópica, mediante histeroscopia o cirugía abierta.

En el primer caso se realizan pequeñas incisiones para acceder a la cavidad abdominal. Allí se localizan los miomas y se van extrayendo. Una vez se extirpan es habitual que se utilice una malla quirúrgica que ayude a cicatrizar mejor.

Si la operación se realiza por histeroscopia, se introduce un histeroscopio a través de la vagina. Es un tipo de intervención menos invasiva que se puede hacer en ciertos tipos de miomas de poco tamaño.

En el caso se que las dos técnicas anteriores no sean viables, entonces la extracción de los miomas puede hacerse mediante cirugía clásica, haciendo una incisión un poco más grande.

Tras la cirugía, comienza la recuperación

Una vez se hace la intervención, comienza el proceso de recuperación de la anestesia.  Éste termina cuando la paciente recupera completamente la conciencia.

Una miomectomía puede durar entre 45 y 120 minutos. Ello dependerá del número de miomas que haya que extirpar, de la paciente y del tipo de operación.

La recuperación se suele prolongar durante unas 4 o 6 semanas más, tiempo en el que hay que tener especial cuidado para evitar infecciones u otras complicaciones.

Si la paciente no presenta fiebre o sangrado excesivo, se le da el alta para que pueda recuperarse en casa. Durante este tiempo se realizan varias revisiones, hasta estar seguros de que la recuperación ha sido total.

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